martes, 19 de abril de 2011

19 de abril: DIA AMERICANO DEL INDIO o DIA DEL ABORIGEN AMERICANO.


                                                        

El 19 de abril fue instituido, en 1940, por el Congreso Indigenista Interamericano, realizado en Méjico como el DIA AMERICANO DEL INDIO o DIA DEL ABORIGEN AMERICANO.Por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 7550 de 1945, esa fecha, reivindicatoria de los derechos de los aborígenes, se reconoció en todo el territorio argentino. También nos ayuda a tomar conciencia de que esos pueblos han sobrevivido a la colonización europea y que hoy, a 500 años de la llegada de Colón, sus reclamos resurgen con fuerza en todos los países de Latinoamérica.
En Guatemala, Ecuador y Perú los indígenas son más de la mitad de la población; en Bolivia , el 45% y en México, el 30%. En todos estos países lo indígena forma parte de la identidad nacional. Y no es para menos, porque son millones de personas cuya ubicación geográfica coincide con la de las grandes civilizaciones precolombinas: en México y Guatemala, los mayas y los aztecas; en Ecuador, Perú y Bolivia, los incas y los quechuas; en Chile, los mapuches; en Paraguay, los guaraníes, quienes también habitan nuestras provincias del norte argentino,como Chaco y Misiones.
"Queremos vivir en paz y respetando la naturaleza y la ecología" dijo hace poco Rosalía Gutiérrez , lider colla de Jujuy-Argentina.
En la Argentina se reconoció esta fecha luego de 5 años, por medio del decreto Nº 7550 del Poder Ejecutivo Nacional. Además, en la Constitución Nacional de 1994 (Artículo 75, inciso 17) se toma partido de los asuntos indígenas, y en el año 2000 nuestro país ha ratificado el Convenio N° 169 de la OIT, por el cual el Estado Argentino reconoce a los pueblos indígenas, entre otros derechos, su integridad cultural, sus tierras, sus formas de organización social, económica y política, y el derecho a mantener sus costumbres.

Actualmente son 14 las comunidades aborígenes que habitan suelo americano (de "Abya Yala", según el nombre con el que el pueblo Kuna de Panamá nombró al continente, y palabra que se ha convertido en un concepto universal para los pueblos indígenas de Latinoamérica, otorgándoles sentido de unidad y pertenencia): Tobas, Pilabas, Mocovíes, Diaguitas, Calchaquíes, Mapuches, Wichis, Guaraníes, Coyas, Chiriguanos, Tehuelches, Vilelas Mestizados, Chorotes y Chulupíes. El vocablo "aborigen" proviene del latín y significa "desde el origen" o "desde el principio", recalcando el orgullo de estos pueblos por ser los "dueños de la tierra" a la que en sus diferentes lenguas siguen llamando Madre.
El Día del Aborigen Americano pretende cuidar, perpetuar y resaltar el valor de las culturas aborígenes de América, forjadas antes del "descubrimiento", y que son las que le imprimieron a nuestra tierra los primeros rasgos culturales que, junto a los de los colonizadores europeos, dieron forma a nuestra propia actualidad. Porque todos en América tenemos una raíz y hasta un presente en cierto modo aborigen. En Guatemala, por ejemplo, la población es casi un 80% aborigen, en Ecuador, un 70%, en Perú también los indígenas son más de la mitad de la población; en Bolivia, el 45% y en México, el 30%. En todos los países lo indígena forma parte de la identidad nacional, porque en ellos está el origen propio de cada nación.
Sin embargo, los aborígenes americanos de hoy están relegados y empobrecidos. No pretenden privilegios por su condición de primeros habitantes del continente, sólo quieren "vivir en paz y respetando la naturaleza y la ecología" según afirmó recientemente Rosalía Gutiérrez, líder de una comunidad coya jujeña. Aspiran a que se los trate como iguales, que se les reconozca el derecho a la tierra que habitan, y que tengan igualdad de oportunidades de estudio, trabajo y progreso, además de lograr el respeto a los valores de sus culturas.
Entrados al siglo XXI, los grupos aborígenes mantienen vigente su cultura, sin despegarse de sus raíces y contribuyendo además en muchas zonas con el desarrollo de sus comunidades, con formas de producción genuina.
Casi un millón de personas en la Argentina viven la cultura indígena en comunidades organizadas, y sienten que no tienen las mismas posibilidades que la gente que desciende de la inmigración. Sienten que el aborigen está relegado de la vida social, de la historia ("se nos ha relegado cuando se organizó el país").
Para revertir esta situación hay organizaciones que trabajan con y por ellos, pero aún adolecen de un sincero reconocimiento. También hay asociaciones no gubernamentales muy positivas, como Mundo Aborigen o Endepa (la pastoral aborigen de la iglesia), pero hay sobre todo un fuerte movimiento interno: cada vez las comunidades aborígenes son más conscientes de su protagonismo y de sus obligaciones, se sienten orgullosos de ser aborígenes y no tienen vergüenza de reclamar aquello que les es legítimo.
La Organización de las Naciones Unidas se hizo eco de la relevancia de este problema, y ya en 1993 declaró el Año Internacional de los Pueblos Indígenas, con el objeto de que los pueblos del mundo tomaran conciencia de la necesidad de solucionar los inconvenientes con que se enfrentan los pueblos aborígenes, y de las deudas pendientes que hay con ellos en numerosos puntos del planeta. Desde nuestro lugar, nos cabe como mínimo respetarlos, valorar su cultura, sus valores, sus tradiciones y aprender de ellos, que supieron mantener el legado de sus antepasados durante siglos, y que aman y respetan a la Madre tierra como su infinita benefactora.

Toda América celebra esta fecha, recordando a quienes habitaron nuestro territorio antes de la llegada de los blancos e imprimieron a la tierra las primeras esencias culturales que, mezcladas a las de los colonizadores europeos, dieron como consecuencia nuestras realidades actuales. Lo que debiera haber sido un histórico encuentro de dos mundos , dos civilizaciones, Europa y América, que beneficiara y enriqueciera a ambas, se transformó, por ambición y soberbia en la Conquista de América, donde el recién llegado, de mayor poder bélico se transformó en el conquistador sojuzgando al nativo o aborigen, Palabra ésta que proviene del latín y que significa desde el origen o desde el principio, despojándolo no sólo de las tierras que habitaban desde milenios sino destruyendo y demoliendo todo, e imponiendo por la fuerza su cultura, procurando aniquilar a la existente. Pero. por suerte, no todo pudo ser destruido. Los valores de las antiguas culturas aborígenes perduraron en los restos de aquellos imponentes templos y construcciones, que por su ubicación permanecieron inaccesibles para los hombres blancos; en la Pirámides que por su magnitud no eran fáciles de demoler; en los códices mayas y aztecas salvados de la hoguera; en los testimonios de mestizos como el Inca Garcilaso de la Vega o de españoles como Fray Bartolomé de las Casas; en las artesanías desenterradas o encontradas, y que especialmente en la memoria de los pueblos autóctonos, que fieles a sus sentimientos y convicciones, continúan amando a la tierra que habitaron Desde el Origen y a la que en sus diferentes lenguas, siguen llamando Madre. Empobrecidos y relegados, los aborígenes americanos de hoy, no pretenden ya, privilegios por su condición de primeros habitantes del continente, sólo aspiran a que se los trate como iguales, que se les reconozca el derecho a la tierra donde habitan en comunidades, igualdad de oportunidades: de estudio, trabajo y progreso, y el respeto a los valores de sus culturas.

DÍA DEL INDIO AMERICANO
GENOCIDIO Y EXTERMINIO EN AMÉRICA
GENOCIDIO SILENCIOSO PRIMERA PARTE
GENOCIDIO SILENCIOSO SEGUNDA PARTE